Aquí les dejo un texto inédito de mi autoría:

Me he ganado la cruz que a cuestas empuja mi cuerpo al centro. Merezco la suerte de morir entre ladrones. Merezco sufrir la corona de espinas, la esponja en vinagre y la lanza en la panza.

Espero empotrado la hora maldita en que tu sonrisa me cierre los ojos. Pero no vengas luego con pueriles loas. No alabes mi carne ni bebas mi sangre. No llames mi nombre por siglos, ni te escudes en mí para ocultar oscuros idilios hipócritamente.

Me he ganado la suerte de muerte, me ha vencido la red, por su peso (los peces, las almas que intenté pescar).

Crucifícame. Clávame, pero no me aludas al tercer día, ni al cuarto,  ni al último. Porque en tu boca está la razón de mi muerte y me importa mucho morirla en paz.”[1]


[1] FERNANDEZ-CUENTO, Icómedes; “Cruci-ficción” Editorial Hojagrande  2006. P. 33